Vicente López: un final (no) felíz


Hace unas semanas Viviendo Verde realizó una nota sobre el proyecto Vial Costero en el barrio de Vicente López. Los vecinos pusieron todo de sí para frenar la construcción de esta autopista sobre la zona del río en la zona norte del Gran Buenos Aires. Sin embargo y a pesar de los reiterados reclamos y de la insistencia de todos para que el lugar no sufriera semejante impacto ambiental, las obras no se frenaron.

Hace a penas algunos meses, el deterioro del terreno allí era perceptible, sin embargo hoy ya es algo de ineludible: al principio dejaron de cortar el pasto, quitaron la iluminación por las noches y la basura no se recolectaba, todo para cortar con la idea de que el Rio era un sitio de esparcimientos para todos.

Hoy por hoy ver topadoras arrasando con el suelo comunal, carteles cortando el paso a la zona y alambres y adoquines desparramados inclusive desde cuadras antes de llegar son sólo algunos de los tristísimos cambios que el barrio ha tenido que sufrir.

María Laura Beláustegui es vecina y todos los viernes se da cita con la Junta Vecinal sobre Avenida Maipú para seguir peleando, aunque el final que ya se avecinó no sea para nada alentador: “Yo nací, me crié y vi crecer a mis hijos en Vicente López. El río debería ser para los vecinos, no para unos pocos. Estamos seguros de que no intentaron aplacar el tránsito con este proyecto. Lo que realmente intentan es construir una zona exclusiva de shoppings y hoteles para los más ricos”, asegura.

Una vez más la brecha entre clases se abre. Pero más peligroso aun es la falta de espacios verdes que la ciudad está perdiendo año a año.



Creemos que dar a conocer el actual estado de esta problemática es fundamental para que historias como esta no queden en el olvido. Hace algunos días los vecinos reclamaron a la presidenta Cristina Fernández en la puerta de la Quinta de Olivos, pero una vez más la vergüenza se adueñó de la opinión pública: hubo desmanes, varios detenidos y algunos heridos. Y todo por nada.

Hoy el rio ya es sólo un recuerdo en la mente de quienes crecieron allí, de quienes durante el fin de semana se subían a un tren para disfrutar de unos mates al sol. Sólo son recuerdos. Quizá la próxima vez, alguna autoridad pueda hacer algo antes de que sea demasiado tarde. Antes de que el frio cemento le vuelva a ganar a los árboles de nuestro país.

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