Contaminación en la Ciudad

Centro de reciclado ilegal en Barracas



Por Sol Giles

Los vecinos de Barracas están enojados y no es para menos. Hace meses vienen reclamando que el Gobierno de la Ciudad traslade el centro de reciclado de residuos ubicado en el predio de la calle Herrera, entre Río Cuarto y Osvaldo Cruz, lindero al Riachuelo y al último tramo de la autopista 9 de Julio.
La denuncia sostiene que el gobierno de Mauricio Macri incumplió con las sucesivas promesas de disponer un nuevo centro de reciclado de residuos para los 40 cartoneros que actualmente trabajan en un predio con piso de tierra y repleto de basura.
Los vecinos aseguran que, con el paso del tiempo, la situación se agrava debido a que en el predio aumenta la cantidad de basura, chatarra y automóviles que atraen mosquitos y roedores, generando un importante foco de infección y una delicada situación de empeoramiento de las condiciones ambientales.
Tras recurrir sucesivamente a distintas vías para sanear el problema que los aqueja, los vecinos decidieron reunirse periódicamente en el Club Social Santa Lucía, en la avenida Montes de Oca al 1500. De esta forma buscan darle un seguimiento preciso a la problemática. En ese marco, realizaron una solicitada firmada por 3.700 vecinos para autorizar la presentación de un recurso de amparo por "violación al Código de Planeamiento Urbano". El reclamo se fundamenta principalmente en que el centro de reciclado, clasificación, selección y enfardado de residuos urbanos, fue ubicado en una zona denominada UP (Urbanización Parque), por lo que se estaría infringiendo con el Código de Planeamiento Urbano. Fue este motivo el que dio pie para que, en diciembre pasado, la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura porteña impulsara un proyecto de declaración para que el Poder Ejecutivo traslade el Centro y retire los elementos en desuso, pero aún no se perciben mínimos cambios.

Falsas Pro-mesas

- El Ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, envió a su asesor Luis Lehmann y al inspector general de Higiene Urbana, Carlos Díaz, para que evalúen la situación de lugar y analicen las posibles vías que solucionen el problema. Luego de esa primera instancia, Santilli se presentó ante los vecinos junto a Pablo Fornieles (director general de Reciclado). Ambos recorrieron las instalaciones y cotejaron que efectivamente había un depósito de marquesinas, puestos de flores y panchos, carteles, dos depósitos de automóviles y uno de baldosas correspondientes al GCBA.

- Si bien el antecesor de Santilli, Juan Pablo Piccardo, nunca reconoció que el lugar pertenecía a una zona UP, manifestó a los vecinos su preocupación por las condiciones "indignas" en que se hallaban los cartoneros. Sin embargo, la situación ambiental del galpón empeora día a día.

- El gerente de Obras de AUSA, Carlos Frugoni, el encargado de Relaciones Institucionales, Leonel Grandinetti, y el ingeniero Rogelio Barrera también concurrieron al lugar y se comprometieron a trabajar en ejecutar el plano remitido por el director de Proyectos Urbanos y Arquitectura del Ministerio de Desarrollo Urbano, Miguel Ortemberg, quien a su vez explicó que "no puede almacenarse material inflamable debajo de la autopista, pues de incendiarse podía dañar su estructura".

- Los vecinos también se reunieron con Gian Pablo Muraglia, el jefe de Gabinete del ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chaín. El funcionario se comprometió a vaciar el taller, cortar el pasto y responder el pedido presentado ante la Legislatura para reubicar el centro de reciclado de residuos.

Pese a todos estas promesas, la única noticia que recibieron los vecinos es la presentación de un plano de las obras a realizar "en la que sólo se prevé parquizar la mitad del predio, dejando tácitamente claro que no piensan relocalizar el centro de reciclado”. Por otro lado les habían asegurado que pronto se haría la licitación para la tercera etapa del tratamiento urbanístico y que darían inicio a las obras en mayo de este año, pero sólo se retiraron algunos carteles, autos y chatarras.
Pero aquí no termina la historia. La indignación de los vecinos aumentó hace unas semanas cuando advirtieron que la Comisaría 26° trasladó allí un anexo de su sede de Montes de Oca al 800, para colocar parrillas y una cancha de fútbol y utilizar el lugar como garage y quincho de los policías. "Es completamente ilegal, pero no podemos hacer nada porque son la fuerza pública. Además, mientras ellos juegan y comen asados, nosotros seguimos luchando", aseveraba una vecina.
Por el momento las únicas palabras que reflejan el ánimo de los vecinos son las del escritor Francisco De Quevedo, quien sostenía que "nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir".

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